Para algunos, los cristales y gemas son objetos inanimados, la forma de vida más baja del planeta.  Para otros, ellos son la fuente de luz y energía más grande.  De cualquier forma que los cristales nos sirvan, son maravillosos regalos que la madre tierra nos brinda.

Para trabajar con cristales, primero hay que sintonizarse con ellos, entrar a su vibración maravillosa de luz, y tener la mente y el corazón abiertos para recibir sus enseñanzas.

Como toda materia, los cristales están compuestos de diminutas partículas llamadas átomos, los cuales a su vez se subdividen en aún más diminutas partículas llamadas protones, neutrones y electrones. Si estas unidades básicas de energía se examinan muy de cerca, nos damos cuenta que no son en realidad materia, sino vibraciones sutiles, cada una de ellas vibrando en sintonía con la fuerza cósmica. En la formación de las estructuras cristalinas, como el cristal cuarzo, los átomos se juntan en perfecta unidad y armonía. Cada unidad de energía se alinea con la fuerza cósmica y luego armoniosamente se une con sus compañeros átomos para crear una forma de materia de suma pureza. La punta de un cristal conecta y alinea cada molécula, átomo, protón, neutrón, y electrón del cual está hecho el cristal, a la fuente universal de energía infinita. Los cristales tienen la capacidad de recibir, contener, proyectar, emanar, refractar y reflejar luz, que es la forma más alta de energía que se conoce en el universo físico.

No se sabe con certeza en cuanto tiempo se forman la mayoría de los cristales; se especula que puede tomar miles de años, y también hay versiones que afirman que si las condiciones y elementos son ideales, los cristales se pueden formar en un instante. Cualquiera que sea el secreto de la Madre Tierra, ella los concibe, los incuba, y da nacimiento o alumbramiento a una inmensa variedad de formas cristalinas de una belleza exquisita.

HISTORIA

A través de los tiempos, las antiguas civilizaciones han usado el poder de los cristales y las gemas para diferentes propósitos.  Las leyendas más antiguas sobre la magia de los cristales, nos llevan hasta el antiguo continente de la Atlántida.  Se dice que sus habitantes eran seres de una raza altamente evolucionada y que utilizaban los cristales para canalizar y almacenar la fuerza cósmica.

Esta legendaria civilización utilizaba los cristales como focos de luz para comunicarse telepáticamente con sus antepasados universales. Se cree que una de las razones para la destrucción de este gran continente, fue el mal uso del conocimiento sagrado de los cristales y el abuso de su poder, el cual se usó para fines egocéntricos.  Dice la leyenda que antes del cataclismo que destruyó la Atlántida, los sabios no corruptos quisieron preservar la riqueza de conocimientos que su raza había heredado.  No se atrevieron a transcribirla en libros, por miedo a su destrucción durante el cataclismo, así que usando su sabiduría programaron ciertos cristales con la información.  Ellos confiaron que llegado el momento y el tiempo propicio, estos cristales resurgirían a la superficie del planeta y fueran atraídos por las personas indicadas que pudieran conectarse con estos cristales, y sintonizar sus mentes para recibir el conocimiento impreso en ellos.  Estos cristales se llaman "Record Keepers".

Los sobrevivientes de la Atlántida continuaron su tarea perpetrando su conocimiento de los cristales en Egipto, América del Sur y el Tibet.  Ellos construyeron pirámides usando teorías y métodos que ya habían sido usados en los grandes templos de la Atlántida.  Se cree que la geometría tan perfecta de la Gran Pirámide de Egipto, es una réplica de las leyes físicas de los cristales y que canalizan altas frecuencias universales de energía hacia el planeta.  Se dice que en un principio, la Gran Pirámide de Egipto estaba coronada con un gran cristal para ayudar al anclaje de esta gran fuerza cósmica.  Con la caída de las antiguas civilizaciones, se ha perdido mucho de la sabiduría y el conocimiento del poder y el potencial de la energía cristalina, pero algo de esta información ha sobrevivido en las diferentes culturas y civilizaciones a través de la historia.

En la Sagrada Biblia, en Éxodo, hay un párrafo donde se describe la confección de un collar usando 12 piedras preciosas, combinadas específicamente en cuatro filas, para ser usado sobre el corazón, y el cual le otorgaría a Aarón el poder de Dios.  Se menciona que este collar fue confeccionado con inspiración divina y que tenía poderes espirituales increíbles.

En la antigua India, se aconsejaba a los reyes el uso de las mejores gemas para ser protegidos de cualquier daño.  Existen manuscritos sobre astrología, en Sánscrito y que datan hasta 400 b.c., donde se habla detalladamente sobre el origen y el poder de las piedras preciosas.  En aquellos tiempos los astrólogos recomendaban el uso de diferentes tipos de gemas para contrarrestar el efecto negativo de los planetas.

En muchas culturas antiguas, los practicantes de medicina incluían en sus tratamientos el uso de talismanes y amuletos.  Dependiendo del tipo de enfermedad, se aconsejaba el uso de piedras específicas para obtener el efecto y la cura deseados.  Existen referencias escritas que indican que los antiguos Griegos y Romanos usaban gemas como talismanes para la salud, para protección y para atraer virtudes.  Los indios Americanos y los Mayas usaban cristales para diagnosticar, así como también para el tratamiento de las enfermedades.  Desde que la tierra fuera habitada por humanos, el poder de los cristales y las gemas han sido usados por las diferentes culturas.  Hoy en día, con el rápido avance de la tecnología, los cristales se usan para transmitir y magnificar energía de diferentes maneras.  Se usan rubíes en el rayo láser para micro cirugías, cuarzos en equipos de ultrasonido, en relojes, en chips para computadoras, etc.

Esotéricamente, las gemas y cristales se pueden usar durante la meditación para desarrollar la intuición y aprender de nuestros sentidos superiores.  Podemos colocar un cristal debajo de la almohada para inspirarnos y alcanzar sueños proféticos.  Podemos usarlos para sanación, para estabilizar las emociones, calmar la mente, y ayudar a sanar desequilibrios del cuerpo.  Se pueden usar en rituales ceremoniales, colocar alrededor de las plantas, animales o niños que necesiten armonizarse o sanarse.  El poder y el potencial de los cristales es algo que no podemos subestimar.

Después de miles de años, el conocimiento acerca de los cristales está resurgiendo para ser puesto a disposición de la humanidad.  La intención para el uso de los cristales debe ser humanitaria y pura, o de lo contrario los poderes se pueden tornar severamente en contra del abusador.  El tiempo ha llegado para que una vez más los sanadores y trabajadores de la luz den un paso hacia delante y utilicen sus cristales y gemas como herramientas para atraer hacia la tierra un nuevo rayo, una nueva forma de vida y una nueva raza.  Los cristales y las gemas forman una gran parte de la transformación planetaria de la que todos formamos parte.  Usemos esta sabiduría con ética y con pureza de conciencia.

EL ANTIGUO ARTE DE SANACIÓN CON CRISTALES

Cuando el cuerpo físico se enferma, las verdaderas causas de estas enfermedades permanecen escondidas.  Conflictos emocionales y mentales que han sido suprimidos o no resueltos, suelen resurgir después de un tiempo y manifestarse en el cuerpo físico en forma de alguna dolencia.

Durante la niñez y a medida que crecemos, ocurren diversas experiencias que nos causan confusión o hieren nuestros sentimientos.  Incapaces aún de procesar o comprender el porqué de algunos eventos de la vida, el niño muy a menudo suprime y almacena en al subconsciente estos sentimientos desagradables.  Con el correr de los años estos conflictos no resueltos se manifiestan en actitudes, sistema de valores, hábitos destructivos y desarmonías del cuerpo físico. 

Específicos tipos de emociones estan almacenados en diferentes partes del cuerpo: el corazón y los pulmones guardan penas y aflicciones; el hígado almacena la cólera, la ira; el estómago la ansiedad y el miedo.  Estas impresiones también quedan grabadas en el campo áurico que rodea el cuerpo físico. 

En el proceso de sanación, es importante no solo mirar los síntomas físicos, sino también profundizar en el origen mental y emocional de la enfermedad.  La sanación con cristales mediante la imposición de gemas y cuarzos es uno de los métodos más efectivos y avanzados para limpiar el aura, para liberar traumas suprimidos, y para conectar a la persona con su fuente de poder interior y su verdad. 

Durante la práctica de sanación con cristales, ellos se convierten en formas de luz cristalina que se colocan sobre los centros nerviosos vitales, las chacras y puntos claves del cuerpo.  Los cristales actúan como catalizadores integrando y perpetuando luz y color en los campos de energía sutil del aura humana.  Este aumento de frecuencia energética es utilizado para disolver y disipar las sombras oscuras que nublan el aura, que causan confusión en la mente y enfermedades del cuerpo físico.

Al colocar cristales y gemas sobre el cuerpo físico, se producen condiciones favorables para que resurjan a la superficie viejos recuerdos y sentimientos.  Es muy probable que vengan a la memoria traumas que se adquirieron durante la niñez, al momento de nacer, durante la gestación, o hasta en vidas pasadas. 

Estas experiencias resurgen para enseñarnos lecciones que debemos aprender de ellas y después neutralizarlas.  La verdadera sanación ocurre cuando uno toma la responsabilidad total de su sanación y decreta tener el poder para sanarse.