| Sant Quirze de Colera |
Los orígenes del monasterio de Sant Quirze de Colera son bastante confusos. Se admite que hacia el año 785 se instalaron en este lugar varios miembros de una misma familia (dirigidos por los hermanos Libuci y Assinari) a la cabeza de un grupo de personas y con el fin de fundar un monasterio. En 815 consiguieron un precepto real donde se mencionaba ya el monasterio, al tiempo que lo hacía beneficiario de diversos bienes. Ese acto significó el pistoletazo de salida de una serie de donaciones y fundaciones de parroquias, bajo la dirección del monasterio de Sant Quirze. Más adelante el monasterio, que era una fundación particular propiedad de la familia de los fundadores, recibió de éstos la propiedad de los bienes. Después de un intento de intromisión por parte del conde de Empúries Alarico, el abad de Sant Quirze pidió el 844 a Ludovico Pío el reconocimiento de la fundación y de los derechos adquiridos.
Tras un periodo sin noticias del monasterio, posiblemente motivado por algunas incursiones bélicas, se vuelve a mencionar en el año 927, y el nombre de su abad, Manuel, que marca el comienzo de un período de pujanza, con diversas donaciones a su favor. El 935 el obispo de Girona inauguró la iglesia monástica, levantada gracias a la ayuda económico del conde Gausberto de Empúries, que benefició a Sant Quirze con más propiedades y derechos. En los años siguientes el monasterio intervino decididamente en diversos actos relativos a otros centros monásticos del entorno. En 1123, el obispo Berenguer de Girona presidió la ceremonia de consagración de la nueva iglesia y en ese momento también se mencionó la iglesia de Santa María. 
En los años siguientes se continuaron registrando donaciones importantes a favor del monasterio. El 1288 se lugar sufrió los efectos del paso de tropas francesas. En el siglo XV comienzan a encontrarse indicios de decadencia, y de la existencia de abades comendatarios. Hay constancia de que en 1441 el claustro se encontraba en peligro de ruina. En 1592 el monasterio fue suprimido, extinguiéndose la comunidad e integrándose con el de Sant Pere de Besalú. Con la exclaustración de 1835, los bienes de Sant Pere de Besalú fueron subastados y Sant Quirze de Colera pasó a manos del militar Ramon de Nouviles. Los edificios fueron utilizados con fines agrícolas y abandonado en ocasiones. En 1931 fue declarado Monumento Nacional y en los últimos tiempos se han hecho obras de consolidación y restauración. El edificio más importante del conjunto es su iglesia, de tres naves, con transepto donde se abren tres ábsides. Hay restos del claustro, de elementos fortificados, dependencias que rodean el claustro y un posible palacio abacial. A poniente del conjunto se encuentra la pequeña iglesia románica de Santa María.
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